Design Thinking busca definir soluciones donde confluyan tres aspectos: la deseabilidad para el usuario final, la factibilidad y la viabilidad financiera.
La deseabilidad es el factor más importante y el primero a considerar ya que sin él los demás factores resultan irrelevantes. Un producto es deseable cuando resuelve un problema real, un problema digno de resolver.
La factibilidad por su parte se cumple cuando la solución definida es posible de implementar tanto a nivel técnico como operativo.
La viabilidad, por último se da cuando la solución se enmarca en un modelo de negocio financieramente sustentable.
¿Cómo asegurarnos de que estos 3 criterios se cumplen en nuestro proyecto?
Todo esto de los tres criterios suena muy sensato e incluso puede que a más de alguien le parezca obvio. Sin embargo para muchos lograr esto en la práctica resulta verdaderamente difícil. Una buena manera de darse cuenta qué tan factible/viable o deseable es nuestra solución es analizando (con información validada, no con suposiciones) si en nuestro proyecto se cumplen las siguientes premisas.
Premisas de Deseabilidad
- ¿La solución posee una propuesta de valor relevante para el cliente final?
- ¿El cliente final existe?, ¿hay mercado para esto?
- ¿La promesa de la propuesta de valor se cumple efectivamente?
- ¿Es dicha propuesta de valor lo suficientemente diferente a las de los competidores o soluciones sustitutas?
- ¿Está dispuesto el usuario y/o cliente a cambiar la forma en que lidia hoy con el problema con tal de comprar y/o adoptar nuestra solución?
Premisas de factibilidad
- ¿Es la organización capaz de desarrollar e implementar la solución?
- ¿Se aprovechan las capacidades y recursos estratégicos de la empresa?
- Si nos falta alguna capacidad o recurso ¿podemos adquirirlo en el corto o mediano plazo? ¿qué implicaría esto?
- ¿Existe alguna regulación legal que entre en conflicto con el desarrollo e implementación de nuestra solución?
Premisas de viabilidad
- ¿Cuál es la estructura de costos que conlleva realizar esto? ¿podemos sobrellevarla en el largo plazo?
- ¿Hemos validado el modelo de ingresos de nuestro producto?, ¿su valor?, ¿los canales de venta y distribución?
- ¿Tenemos objetivos claros de ventas y rentabilidad?
- ¿Son estos objetivos específicos, acotados en el tiempo, relevantes y realistas?
- ¿Está la solución alineada con los objetivos estratégicos de la compañía a nivel general?