La forma más sencilla de tomar decisiones es tener una política personal sobre la “basura” recurrente.
Es una excelente manera de decir “no” sin tener que lidiar con el exceso de presión de los compañeros o justificar sus acciones. La respuesta a “¿Por qué no quieres quedarte fuera?” se convierte en “Oh, lo siento, es una política mía no tomar más de dos tragos en una noche entre semana”. Es una regla que elimina mil decisiones.
Y ahí es donde entra en juego la regla de “No 7s”.
Piensa en cada vez que has hecho “algo” queriendo hacerlo.
Si eres una persona relajada, hay muchas actividades, opciones, decisiones ante las que te puedes sentir indiferente. Y esto puede estar bien cuando tienes mucho tiempo, pero a medida que envejeces esto cambia y en pro de un estilo de vida óptimo, buscas hacer cosas que realmente disfrutes.
El tiempo no es un recurso renovable, y con la abundancia de oportunidades de ocio, negocios y carrera, debemos ser conscientes de aquello a lo que decimos que sí.
Decir “sí” a algo mediocre es un costo de oportunidad y tiempo para algo satisfactorio.
Para asegurarnos de que decimos que sí para cumplir con las cosas, y no perdemos una cantidad extraordinaria de tiempo analizando una decisión hasta que nos desmayamos por el estrés, usamos la política de “No 7s”.
“No 7s” es solo otra forma de decir: “Si no es un p*to, sí, es un no”.
Para aplicar esta regla cuando te enfrentas a una decisión, a una oportunidad, o similar debes darle un valor del 1 al 10 excepto el 7.
Así tenemos 2 grupos, los que no superan un 6/10, es decir apenas logran una nota de aprobación, y los que logran un 8/10 o mas, evidentemente las que se encuentran en el segundo grupo serán las de nuestro interés.
Con esta única política, he podido estar prácticamente en sintonía con mi instinto, algo que siempre me ha costado hacer como una persona muy analítica. Esta política obliga a decidir en función de una variable, y es lo suficientemente práctico para aplicarse en cualquier caso.
Entonces, la próxima vez que tenga dudas sobre si aceptar una oferta de trabajo, irse de vacaciones, hacer una compra costosa o cualquier otra situación semejante, puede aplicar esta simple regla.