Las dinámicas del juego estimulan nuestro cerebro para favorecer, entre otros aspectos, que aprendamos mejor.

Las dinámicas del juego estimulan nuestro cerebro para favorecer, entre otros aspectos, que aprendamos mejor.

Sabemos que jugar contribuye a aumentar la motivación y también a mejorar nuestra capacidad de aprendizaje. Los efectos que el juego tiene en la química de nuestro cerebro también lo demuestran. No en vano la neurociencia, o conjunto de ciencias que estudian el sistema nervioso y todos sus aspectos, es uno de los campos más mencionados en los estudios sobre gamificación.

Según la neurociencia, el juego estimula varios neurotransmisores de nuestro cerebro. Nos centraremos especialmente en cuatro de ellos, que son los responsables de la felicidad: la dopamina, la oxitocina, la serotonina y las endorfinas, también conocidas con la sigla DOSE.

DOPAMINA

Casi todo el mundo habla de ella cuando se refiere a los juegos, y es porque, nuestro cerebro la libera cuando percibe que ha recibido un premio o reconocimiento.

La dopamina es considerada como una droga o sustancia que da placer, y se libera justo antes de recibir una recompensa. Es por ello que contribuye a motivarnos.

Por otra parte, el asociar una acción con su reacción estimula el aprendizaje.

OXITOCINA

La oxitocina ha demostrado ser capaz de fomentar nuestra confianza en el grupo, el altruismo, los vínculos afectivos, etc.

Se trata de un neurotransmisor que se libera cuando nos involucramos en una historia o narrativa, así como participamos en algún tipo de proyecto con destacados aspectos sociales.

Este tipo de involucración y sentimiento de empatía, estimulado debidamente, promueve el recuerdo a largo plazo.

SEROTONINA

La serotonina nos hace estar felices, ya que es una reguladora de nuestro estado de ánimo. Es el neurotransmisor que se activa cuando nos sentimos importantes, obtenemos un reconocimiento.

Los rankings, las medallas o trofeos de un juego pueden ser buenos “activadores” de la serotonina.

ENDORFINAS

Son unos opioides que pueden llegar a hacernos sentir eufóricos.

Superar los retos que se nos proponen en un juego hace que se liberen las endorfinas, que nos harán querer seguir progresando.

*Fuente: Gamified UK – 4 essentian Neurotransmitters in gamification