«Hablar sobre creatividad es fácil. Lo difícil es ser creativo». Así empezó su discurso John Cleese, icono de los Monty Python, sobre el liderazgo creativo en la era pre-digital ante una audiencia global que vio esta charla emitida vía satélite desde el Hotel Gosvenor House de Londres.
“He pasado los últimos 25 años viendo cómo varias personas creativas producen su trabajo, fascinado por entender qué hace a la gente, incluyendo a mí, más creativo”. Aunque añadió que cualquier cosa que pudiera contar en su discurso sobre cómo ser más creativo “es una pérdida de tiempo total. Creo que será mejor que cuente chistes”. Y es que para Cleese hablar de creatividad es absurdo porque simplemente es algo que no se puede explicar. Como aseguró el actor, es como la música de Mozart o los cuadros de Van Gogh, literalmente inexplicable.
“La creatividad no es un talento. Es una forma de proceder”, aseguró Cleese. “La creatividad no es una habilidad que tienes o no. No está en absoluto relacionada por el cociente intelectual”. Por tanto, ¿dónde está la diferencia? Según un estudio de los años 70 al que hace referencia Cleese, los más creativos han adquirido una facilidad para ponerse a sí mismos en un estado de ánimo particular, una forma de proceder, que permite que funcione su creatividad natural.
Son personas con una “capacidad para jugar”, como si fueran niños, lo que implica que pueden jugar y explorar las ideas, no por obtener un propósito inmediato, sino sólo para jugar por jugar.
Hay dos modos en los que se pueden encontrar las personas, explicó Cleese. En modo abierto y en modo cerrado. Este último es el modo que domina cuando estamos en el trabajo, donde pensamos en todo lo que tenemos por hacer todavía y en que hay que ponerse a ello si queremos terminarlo. “Es un modo activo, probablemente algo ansioso, aunque la ansiedad puede ser emocionante y agradable”, estamos impacientes, hay un poco de tensión, no mucho humor, somos útiles y nos podemos estresar, e incluso volvernos un poco maniáticos, pero no es una situación creativa.
En cambio, el modo abierto es más relajado, expansivo, menos útil, pero en el que estamos más contemplativos, más predispuestos al humor, con más altura de miras y, en consecuencia, más juguetones. En este modo la curiosidad puede operar, ya que no estamos bajo la presión de tener que terminar algo rápidamente. Con tiempo para jugar, podemos dejar que nuestra creatividad natural aparezca.
“Necesitamos estar en el modo abierto cuando estamos valorando un problema. Pero una vez hemos encontrado la solución, debemos cambiar al modo cerrado para implementarlo. Porque en cuanto tomamos una decisión, sólo somos eficientes si nos enfrentamos a ello decididamente, sin dudas que nos distraigan sobre su corrección”, explicó Cleese. Después, hay que volver al modo abierto para recoger el feedback obtenido y determinar si la decisión tomada es la adecuada.
“Para ser más eficientes, necesitamos ser capaces de ir cambiando entre los dos modos. Pero hay un problema: a menudo nos atascamos en el modo cerrado”, ya que las presiones nos hacen tener “visión de túnel” en momentos en los que necesitamos apartarnos y mirar de forma más amplia.
Pero Cleese recordó que hay algunas situaciones que facilitan entrar en el modo abierto, aunque esto no conseguir ideas creativas cada vez. Según el actor de los Monty Python se necesitan cinco cosas: espacio, tiempo, tiempo, seguridad y humor.
“Como todos sabemos, es más fácil hacer cosas triviales que son urgentes, que hacer cosas importantes que no son urgentes, como pensar. Es más fácil hacer cosas pequeñas que sabemos hacer que empezar grandes cosas de las que no estamos seguros”, aseguró Cleese.
Por otro lado, la creatividad exige “conectar dos ideas separadas de forma que generen un nuevo significado”, explicó. Unas conexiones que sólo son significativas si generan nuevos significados. A veces el significado puede ser algo absurdo o incorrecto, pero como recordó Cleese, “esa idea absurda puede servir como apoyo para otra idea que es correcta”.
“Si estás bloqueado, genera conexiones aleatorias y deja que tu intuición te diga si alguna te lleva a algo interesante”, concluyó.